Desde 2008, una nueva patología se ha apoderado de un gran sector juvenil y esta es la ortorexia. Se trata de un trastorno poco conocido que se basa en una correcta alimentación. Ya sea camuflada en la cultura vegana o en la búsqueda de una vida saludable, este desorden siempre encontrará la mejor forma de ocultar su identidad.
A comparación de la anorexia y la bulimia, la persona que sufre esta enfermedad no le importa en lo absoluto su aspecto físico. El único objetivo de la ortorexia es mantener una dieta estricta y balanceada.
¿Pero esta famosa dieta será la mejor en todo los aspectos? la respuesta es NO. La perfección es el principal responsable de esta amenaza. Si bien, mejorar la calidad de nuestra alimentación es saludable, para los ortoréxicos la palabra mejorar no bastará.
Este régimen por excelencia consta de una buena dosis de restricciones. Por ejemplo, el ortoréxico siempre esta al tanto de las calorías que va consumir en el día. Tal es su obsesión, que termina verificando cuantos nutrientes perderá el apetito tan solo por ver lo apropiado en su plato.
Este desorden alimenticio llega al limite de aislarse la persona de su círculo social hasta incluso de su familia. Desafortunadamente, el ortoréxico se encerrará en una burbuja para evitar interferir en su estilo de vida. Y si no logra cumplir sus expectativas, la culpa y la depresión terminará por acabar con su paz interior.
Sin embargo, no debemos confundirlo con el veganismo. Si bien guardan relación con respecto a sus alimentos, esto no significa que el ser vegano te convierte en ortoréxico, no es así. Solo debemos estar atento ya que los ortoréxicos buscaran la manera de justifcar su accionar.
En definitiva, la ortorexia es la representación actual de la anorexia. A pesar de que uno consista en la calidad y la otra en la cantidad, el resultado será el mismo, es decir, un circulo vicioso en el cual la vida corre un gran peligro. No cabe duda que las apariencias engañan y que un simple sueño puede acabar siendo la peor de tus pesadillas.